Me decía Armando que cuando él
llegó a la AFT y comenzó a preparar su primer maratón, un socio ilustre le dijo
que un maratón no son 42 kms, son 1000 kms. Y es una verdad cristalina. Mi
maratón de Zaragoza comenzó el 10 de junio, ha durado 16 semanas, 1111,08 kms
repartidos en 80 sesiones con un tiempo total de entrenamiento de 110h 49’ y 12’’. Y el remate, la última jornada fue el 29 de
septiembre de 42,194 kms que se extendió
durante 3h45’20’’. ¿Excesiva preparación para el resultado obtenido? A mi me
gusta entrenar, me ha compensado en un 80%. Cuando comencé la preparación mi
objetivo era uno y conforme avanzaron las semanas vi que no era posible, y me
adapté; diez dias antes hice el test de
los 2x6000 de Rodrigo Gavela (muchas gracias a Armando y Jorge, gracias de
coraçao) que me arrojó (a la cara) como resultado que mi marca probable sería
3h43 y mi marca posible 3h35. Por cierto, ahora que hablo de preparación, no
puedo pasar por alto agradecer de corazón a mi amiga Carmen su plan, bueno
mejor dicho, su planazo de entrenamiento. Muchaaas gracias Carmensita. Vaya
tarea que te has buscado con todos los brasas que somos. Ah, Carmen y también
te traslado los agradecimientos de Juan. Dice que va a guardar el plan como oro
en paño.
Nos desplazamos a Zaragoza el
viernes a la tarde; el hotel correcto, tranquilo y lo más importante para mi, comprobado
in situ que estaba realmente cerca de la salida situada en el Parque José
Antonio Labordeta. Por la tarde-noche pudimos comprobar el por qué de la fama
del tapeo de Zaragoza por el barrio de “El Tubo”. Buen tapeo, buenos vinos,
cervezas reguleras (no le cojo el punto a la cerveza AMBAR, la única que hay
allí) Tapeo entendido como se entiende el tapeo fuera de Toledo: la caña monda
y lironda y si quieres tapa…como decía Cañita Brava: ¡moneymoney! ¡moneymoney!
A rascar el bolsillo o si no chichoflos y rebanadas de aire.
El sábado por la mañana fui a
recoger el dorsal. La feria del Corredor era como las moscas: pequeña pero molesta, ¡¡madre mía!!,
te recibían con unos altavoces con la música a toda mecha que la gente entraba
aturdida con los ojos cerrados como un chino. ¡El 410, me ha tocado el 410! y
con el nombre impreso en letras legibles para los espectadores: ANTONIO. Buena
idea ésta, uno se entretiene mucho buscando conocidos cuando en carrera la
gente grita con tu nombre. Al mediodía hicimos la típica comida de la pasta con
Juantri y Elena en el Restaurante Toscana. Menudo hartón nos pegamos de
espaguettis y macarrones eh Juan (En la foto haciendo el boloblas baturro). Después un heladito que también da unas cuantas calorías.
Paseito y poco más, al hotel porque se cerró a llover y no era cuestión. Cena
pasta y a las 23:00 a intentar roncar.
Tras dar cuarenta mil vueltas en
cama por culpa de una pesadilla recurrente para todo corredor relativa al
tránsito intestinal previo al maratón, el domingo amanecí a las 6 de la mañana.
La carrera comenzaba tempranito, a las 8:30, así que había que estar en pie desayunando
al menos 2h y media antes. Y a esas intempestivas horas tocaba desayuno de
campaña sentado en el borde de la cama; no había otra: cola-cao del tiempo, ensaimada
del mercamona, zumo, unos bollitos de almendra… y a las 6:30 listo con la
equipación ya dorsalizada bajo el glorioso chándal de la no menos gloriosa
Asociación de Fondistas Toledanos, y la mochila en la espalda ¿A dónde voy tan
temprano coño? Fueeera la mochila, fueeeera la chaqueta y me tumbé en cama con mi flamante dorsal 410 en el pecho y esperé hasta las 7:00 en
horizontal mirando a ningún sitio, bueno si, al techo.
A las 7 la recepción del hotel
estaba atestada de gente de 60 años vestida de cueros ¿sadomasoquistas? nooo, moteros que
iban al G.P.de Aragón que se celebraba en Alcañiz. Vaya tíos raros, a las 7 de la mañana estaban repasando en voz alta "casco, mochila, bocadillos, amotos..." Esas cosas se preparan de noche, pimpines, como hacemos los maratonianos, gente normal "hasta luego jóvenes, me voy a correr 42 kilómetros".
Aún de noche, y empezó el día con suerte: el bar de la esquina está abierto, -Un cortado por favor. -Coltado un eulo. En Zaragoza vimos que gran parte de la hostelería fuera del centro histórico está regentada por chinos mandarinos. Pero lo gracioso es que los locales conservan los nombres de toda la vida: Bar Carlitos, Bar Punto de Encuentro, Cervecería Resacas (si, si: Cervecería Resacas, ver foto), mirabas a las barras y chinos tirando cañas, cuando no haciendo churros madrileños como la del local donde tomé el "coltado"; surrealista. Que claro, en China será normal ver a un chino dándole a la manivela de hacer churros pekineses, pero en España a pesar de la globalización, a mi me choca un poco.
Aún de noche, y empezó el día con suerte: el bar de la esquina está abierto, -Un cortado por favor. -Coltado un eulo. En Zaragoza vimos que gran parte de la hostelería fuera del centro histórico está regentada por chinos mandarinos. Pero lo gracioso es que los locales conservan los nombres de toda la vida: Bar Carlitos, Bar Punto de Encuentro, Cervecería Resacas (si, si: Cervecería Resacas, ver foto), mirabas a las barras y chinos tirando cañas, cuando no haciendo churros madrileños como la del local donde tomé el "coltado"; surrealista. Que claro, en China será normal ver a un chino dándole a la manivela de hacer churros pekineses, pero en España a pesar de la globalización, a mi me choca un poco.
Después del café inicié
tranquilamente el paseo hacia la salida. Un breve paseo de 20 minutos muy muy agradable por el
bulevard de Fernando el Católico: aún noche cerrada, silencio, sólo algunas risas
de trasnochadores con 0,60 de alcohol en sangre… y grillos, decenas de grillos
cantando en los jardines. ¿Y corredores? alguno… uno delante,
otro detrás… y los tres pensando en una cifra, 42. Ya vislumbro el
Parque Labordeta, y en la esquina ¿que es ese negocio tan iluminado un domingo? como un extraño guiño a los
maratonianos, nos recibe Pompas Fúnebres “El
Paraíso”. Llega el tranvía desbordado de corredores, un par de grupos
hablando en catalá… ah claro, Zaragoza está muy cerca de Catalonia como les
gusta decir a ellos.
Cuando estaba preparándome para
la carrera en los vestuarios del Pabellón del Parque (untamiento de vaselina,
subida de calcetines, apretamiento de zapatillas, coño una arruga, desafloje de
zapatillas, bajada de medias, estiramiento de medias ¿valdrán para algo realmente las medias éstas? subida de medias, vuelta a
apretar las zapatillas, más vaselina, en fin ya sabéis, mas vaselina, una
barrita energética, mas vaselina). Aquel es...:
-¡Juan!. -¿Qué tal?. -Na, que voy al baño. -Yo ya he ido. (También sabéis, conversaciones profundas antes de un maratón) -Vamos a dejar la mochila. -Coooño, camiones de la
Unidad Militar de Emergencias.
Si habéis oído bien, mi mochila
me la recogió un soldado de la UME y la depositó en un camionaco de la misma. Esto, esto ¿esto es una emergencia
nacional? No será pa tanto ¿no? ¿será que esperan mucho viento y lluvia?
“¡Eh, el de Santa Bárbara! -¿Cualo, lo qué? ¿Quién me conoce? Vuelvo la cabeza ¡coño, la hija del “escafandra”? No me preguntéis, no se por qué pero a su padre le llamaban asi, no creo que fuera porque fue astronauta, no me suena ningún astronauta de Santa Bárbara. -Na mi marido que también corre maratones, está por ahí atacao. -Pues nada, deséale suerte”.
Fotos de rigor con Juan, las 25
meaditas del miedo y a los cajones de salida, innecesarios a simple vista ya que
el volumen de corredores era muy pequeño. Despedida de Juan el para los de 3h15
y yo en la montonera. Ellos dicen que 1300 pero no parece y las clasificaciones
lo confirmaron, 800 llegados a meta ¿Por qué ese afán de todas las carreras por
engordar las cifras? Misterios sin resolver.
Por allí estaban las liebres de
carrera, las presentó el speaker ¿ah, que no os he comentado lo de las liebres? Jope, lo más original que
he visto en mucho tiempo en una maratón: los prácticos de carrera
eran chavalas, desde las 3h a 4:30 cada cuarto de hora había una chavala y un
ciclista con un globo. Por cierto los de 3h y 3h15 dos súper-ilustres
maratonianas: Luisa Larraga y María José Pueyo, internacionales con España, la
primera 31 veces y la 2ª olímpica en Pekín, marcas personales que rondan las
2h30’. Desde luego Luisa Larraga, menos mal que el globo se lo llevaba el de la bici porque si se cuelga el globo del tirante….
se la lleva el viento, mi madre, no creo que pasara de 40 kilos, vaya tirillas. Leí
que el práctico de las 3h de la edición 2012 fue ¡Martín Fiz! Vaya calidad eh.
Pistoletazo de salida, y a
correr. Me situé por delante del globo de 3h45, prudencia. El plan era ritmos
de 5’10-5’15… hasta la media maratón y a partir de ahí, los kms. dictarían el
guión. Los primeros 15 kms. transitaban dentro del Parque y en sus aledaños,
con un par de leves cuestas que tan pronto no se aprecian como tales, las
fuerzas están intactas. El asfalto muy descarnado, pero entretiene ir evitando
agujeros y grietas (ahora, en el 40 no creo). Anduvimos entretenidos el grupo
con un veterano marchador del C.A. Canguro (que ya conocía de haberle visto
hace un par de años en el Maratón de Madrid cuando acompañé al “hombrecito” en
su debut en maratón). Era graciosísimo, iba 10 metros por delante, y cuando
notaba el aliento del grupo achuchaba pa’lante con unos cambios de ritmo
tremendos y en las cuestas abajo como los puños de Mazinger Z “a toda
velocidad”, la gente cuchicheaba “va
corriendo ¿no os parece? eso no es marchar, eso es correr, le tenemos que sacar
un aviso aunque no seamos jueces ¡¡eh tú, que vas corriendo!! que eso es penalti”. Salimos del parque y empezó la excursión por la ciudad; yo me
marché por delante del globo de 3h45 pero no demasiado porque escuchaba detras mía como animaban a
la globera, o a los avitualladores bajo unos atronadores “hiphiphurra”. Pasé la media
maratón como quería 1h50’. Hasta el km 24
nos guiaron por largas avenidas, incluso hubo un par de kms sobre el 17 cuesta
abajo. Todo iba sobre lo previsto, ah y el día soleado, el viento no aparecía (dedos cruzados) y
en esas llegamos a la zona histórica km 24. Adoquines, curveo, a doblar
esquinas, algún escalón… un par de kms malos que se rompió el ritmo y tras atravesar la Plaza del Pilar llegamos
al 27, ascendiendo una ligera rampa por el puente de piedra para
cruzar al otro lado del Ebro.
El recorrido
comenzó a ser más pestoso porque ya las fuerzas no estaban tan intactas,
apareció un poco el cierzo que hacía temer lo peor y porque las largas avenidas ideales para ir a tren ya no
eran tan largas. Había callejeos de ida y vuelta con cambios de dirección y curvas de 90º. Mis ritmos comenzaron a
decaer y me iba por encima de los 5’20’’ y no se podía forzar, andaba por
el 30 y aún quedaban 12, un mundo si pinchabas. Llegado este punto mis cuentas siempre son
las mismas: “Antonio, 5 mas y está hecho,
sólo quedaran 7… una mierdecilla”. Siempre hago esa cuenta y me resulta
efectiva mentalmente. Llegué al 35… y noté el aliento del globo de 3h45 en mi cogote, me había
alcanzando; me enganché y aguanté 3 kms con ellos. En el 37 estaban mi luna y mis dos
soles animándome ¡¡venga papa!!
¡¡antoñito ¿Qué tal vas?!! Bieeen, aquí corriendo jajajaja. Subidón
inevitable…. esto está hecho, 5 kms na mas porque a pesar de haber decaído
no me encuentro especialmente mal. Otro puente de vuelta de nuevo al centro
histórico y tránsito por una senda bordeando el río para tomar una pasarela
peatonal, cruzar de nuevo el río y aterrizar en el 39 (foto de Juan), ya bastante justo de
fuerzas pero también con la certeza absoluta de que había otro en la buchaca. Y desde
aquí avenida de las Ranillas y el eco de la meta atronando en algún lado en una
hondonada en la parte izquierda en el sentido de la carrera. Nos metieron en el
recinto de la Expo y en el 42 nos hicieron rodear absurdamente un edificio,
madre mía lo que tienen que hacer las organizaciones para cuadrar las
distancias… literal: 100 metros, rodeo a un edificio exento de 10x10 y vuelta los
100 metros. Intenté apretar un poco, pero me tuve que retener porque ¿porque me
sobraban las fuerzas? ¡nooo! ay ay, un retortijón, ahora no por dios, cuando
menos fuerzas tengo ¡un retortijón!. Pero bueno, bajé el ritmo y el
centrifugado cesó.
Por fin recta de meta y
fin del trayecto, gracias por su visita, su tabaco gracias, hasta la vista baby. Medallita al cuello
que me colgó un chaval disminuido al que me abrace agradecido. El me sonrió feliz y me
preguntó que si me había gustado Zaragoza, le respondí que si, que vivía en una
ciudad muy bonita. Muy emocionante.
Típico deambular sinsentido hasta
que Margot me alzó el brazo y nos reencontramos. Besos y abrazos, no habían
logrado llegar a tiempo a la llegada. Vaya, otra vez será. Y el final como siempre, pfff que mareo, caminando
como Fraga al guardarropa, me senté en la grada a intentar comer algo, que
había sido mi bálsamo para el mareo en los últimos maratones pero no hubo
manera… como los niños chicos, se me hizo una bola en la boca del tamaño de un
huevo de gallina. Otra vez a pasear como Fraga hasta el coche, exhausto me
senté en un escalón a esperar a mi taxista particular y en esas aparecieron
¡Juantri y Elena! Juan feliz, era su primera carrera tras el accidente alpino
del año pasado. Ducha reparadora, pizza a salto de mata y vuelta para Toledo.
El maratón de Zaragoza es un buen
maratón, plano y propicio para buenas marcas; con participación pequeña que
también favorece esas marcas, 800 llegados a meta. Organizada impecablemente, bien
todo, muy bien, reseñable los voluntarios en los avituallamientos animando como
si fuera lo último que iban a hacer en su vida., fantástico. Y la ciudad ¿Qué?
fantástico también, muuchos zaragozanos se bajan a la calle a animar, “aupa,
aupa Antonio”. Recomendable 100%, el
único pero del recorrido es que hay zonas de excesivo callejeo y curveo. Este
año el viento apareció de soslayo, no como en la edición del 2012 en el cual el
Cierzo causó estragos entre los corredores. Y la bolsa del corredor, correcta,
una camiseta Under Armour, una botella de vino reserva de la semana anterior
conmemorativa de la Carrera, una braga (para el cuello) amarilla con el logo de
filtros mann que huele a petróleo que mata, un bollito, y papelería diversa. A
la llegada, otra bolsa con powerade azul, naranja, agüita y un paquete de
rosquillas de coco. A Juan no le tocaron rosquillas y consultado al repartidor
de bolsas le dijo que “no todas las
bolsas tienen rosquillas” (¿?¿?¿?).
En fin, pues “una mas”, como os
dije, en un 80% satisfecho pero ¿y el 20% que falta? un regusto amargo, es la
expresión “una mas” en su sentido literal, esperaba algo más. Han sido muchos
días entrenando bajo el sol abrasador de julio y finales de agosto, sin saltarme
un solo entrenamiento. Pero bueno, voy a decirlo con alegría ¡una mas!
Ahora bien, esto del maratón es
un historia de amor, no lo neguéis; y en el desamor se dice “un clavo saca otro clavo” y como no
puede ser de otro modo, acabas uno y ya estás pensando en el siguiente. También
dicen “por la boca muere el pez” y yo
con este quería cerrar un círculo imaginario de maratones de asfalto y pasar a
correr por montaña, un nuevo aliciente, un nuevo reto. Pero rematando con otro
refrán, Juanito me contaba un domingo que cuando el era pequeño y le pedía a su
madre el lunes “Mamá, ¿el sábado vamos a ir
a la Vega? Si hijo si” y Juanito se lo volvía a preguntar todos los días de
la semana y su mamá siempre le decía lo mismo “Por supuesto Juanito, el sábado”. Y llegaba el sábado y no iban a
la Vega “¿Pero por qué mamá?, si todos
los días de la semana me has dicho que si íbamos a ir”. Y Juan protestaba y
rabiaba y pedía explicaciones y su mamá le decía un contundente. “Porque no, y como no soy río, me vuelvo”. Pues
eso ¿”a lo hecho pecho” o “como no soy río me vuelvo”?
FELICIDADES, UNO MAS!!!!........como ya sabes un maratón no es moco de pavo (como se suele decir), así que nada de lamentos, 100% x 100% satisfacción, y para la próxima, tenemos mejores liebres en la AFT, por ejemplo un servidor...jejejejejej o el Tesorero, o tantos otros .......eso si deja la montaña pa' mas adelante.....!!!!
ResponderEliminarLo dicho ENHORAGÜENA!!!
He disfrutado mucho leyendo esta crónica, siempre que escribes
ResponderEliminarnos describes esas sensaciones tuyas, que parece que hayamos corrido nosotros mismos, claro que sin cansarnos tanto como tu.
¡¡FELICIDADES CAMPEÓN!!
Enhorabuena¡¡ pues eso, que otro maratón para la saca (y yo sin ninguno, jaja).
ResponderEliminarMuy buena crónica, sí señor, hasta me he cansado pensando en esos 42 sufridos kilómetros de nada, jaja...bueno, en realidad lo que me da es envidia cochina¡¡
Felicidades¡¡¡
Gracias por tu crónica. Se me han puesto los dientes largos. A ver si nos vemos pronto.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Jorge, Lola, a sus pies Sra Presidenta...
ResponderEliminarAngel mucho ánimo; no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista... cagondiola. Lo dicho, ánimo.
Me reitero en mi petición de hace unos días: ¿algunas piernas de recambio por ahí?
¡Que vivan los 42!
Crónica excelente, como siempre. ¡Que verbo... y que guasa tienes!!!!
ResponderEliminarArmando