lunes, 29 de septiembre de 2014

HORAS INTEMPESTIVAS by Antonio Medina



"Jope el otro día mi vecino ¡¡¡a las tres de la mañana!!! como un loco dándome porrazos en la puerta de casa. Vaya susto que me pegué, el desgraciao, casi se me cae el taladro al suelo". Chiste etiqueta negra gentileza de Jesús "el Argelino".


Todo es relativo en esta vida, pero no hay nada más relativo que un reloj. Para lo que uno es amanecer de dios, para otro es la hora del primer sueño. Los corredores sabemos mucho de horas intempestivas. ¿Cuáles son las horas "normales" para entrenar?: las 7 de la tarde,  las 8, las 9 de la noche. Esa es una horquilla de horas razonables de entrenamiento al menos para sus usuarios, que son la gran mayoría de corredores. Pero yo no, también estamos los que entrenamos a horas intempestivas.



Están los corredores madrugadores, pero madrugadores de lunes a viernes porque madrugar sábado y domingo es relativamente fácil, entrenar de lunes a viernes a las 6 de la mañana es otro cantar; cuando cantan los mirlos, a esa hora entrenaba Julián "el de Sanluc", a las 6 de la mañana. Ya llevaba la costumbre cuando se mudó a Valparaíso, era su hora perfecta por motivos de trabajo. Calmaba su ansia viva recorriendo Avenida de los Madroños para arriba y Avenida de los Madroños para abajo cuando era noche cerrada. De esa especie también tenemos a Isaac, nuestro amigo del Viso de San Juan que ahora por motivos de trabajo reside de lunes a viernes en Guadalajara. Salía a entrenar cuando las calles no estaban puestas. Yo algunas veces en verano lo he hecho: despertador y a las 6 de la mañana corriendo por las calles si no hay luna; y si la hay... por los caminos. Pero días puntuales, eso es un castigo del señor. Para Julián e Isaac una bendición.


También están los que entrenan al mediodía, aquí me incluyo yo , que entreno sobre las 3 o 4 de la tarde. Cuando lo comento con alguien siempre me pregunta lo mismo: “-¿Y cuándo comes? -Pues cuando llego a casa me ducho y como sobre las 5, 5 y media de la tarde. -¡¡¡Haaala, si tengo que hacer yo eso me muero de hambre!!! Para él hora intempestiva de entrenamiento, una cafrada. Para mi la hora perfecta.


Y por último están los que entrenan con los mochuelos y los "murciégalos", como José Ignacio que entrena algunas veces con frontal por los caminos de Cobisa. O Juan, nuestro "hombrecito", que pasa ahora por una temporada en la cual por circunstancias personales entrena muchos días a las 11 de la noche por la Senda Ecológica.


 
*Una vacaloura, volando son tal cual un dron.

Y luego está el anecdotario de los horarios intempestivos: ¿quién no tiene alguna anécdota o suceso fruto de esas extrañas horas de entrenamiento? Al mediodía la verdad no tienes muchaas que contar, pero en fin de semana madrugo y a veces mucho. Al amanecer en el campo he visto ciervos, zorros, culebras, lagartos, comadrejas, águilas, buitres, búhos, mochuelos, ratoncillos, vacalouras*... incluso tuve la suerte de ver hace un par de años en Galicia un lobo que estaba masacrando desde hacía tiempo las granjas de los aldeanos. Jesús “el argelino” me cuenta que un sábado en Cuenca al llegar al Cerro del Socorro, el mejor mirador de la ciudad, se encontró con una pareja en pelota picá pasándoselo cañón. Como decía el fino Señor Barragán “estaban haciendo ñogo-nogo”.


El Sr. Barragán, un catedrático del humor, pura seda para los oídos
Juan "el mecánico" me comentaba hace unas semanas que al acabar su entrenamiento a las 11 de la ncohe, saliendo de la Senda Ecológica por Safont se encontró un coche con las puertas abiertas con unos alaridos dentro que parecía que estuvieran degollando a alguien. Y hace un par de domingos, parece ser que en la Ronda del Valle cuando volvíamos de subir la Pozuela había un monovolumen con el portón trasero de par en par y una pareja roncaba a pierna suelta probablemente tras el fragor de una batalla; ella estaba como decía "Clodomiro el Ñajo" con sus perjúmenes mujer al libre albedrío. Y asi todos tenemos alguna de éstas que contar.
También he presenciado con cierta vergüenza que me hizo agachar la cabeza en sitios apartados a conocidos acompañados... pero no de sus parejas; esto me dio que pensar sobre si sus matrimonios gozaban de la salud adecuada y como curiosidad os comento que con una de ellas esas dudas se me disiparon al conocer que al poco tiempo se había separado de su mujer de forma abrupta.


Pero uno se puede encontrar con bichos, animales, amantes, infieles, pero lo peor de lo peor que te puedes cruzar en las horas intempestivas no es ésto: en el claroscuro del amanecer, en la canícula del mediodía o aún en la negrura de la noche lo peor es toparte con otro corredor. Si vas despistado siempre te pegas un susto de muerte. Pero lo mejor es la desfachatez que nos brota cuando decimos para nuestros adentros:


"¿y este zumbao?… a estas horas asustando a la gente de bien, ¡que poca vergüenza!, a estas horas la gente decente está en sus casas".

1 comentario: