jueves, 11 de abril de 2013

LE CHRONIQUE DU MARATUÁ DE PARÍS (7 DE ABRIL DE 2013)









By Antonio Medina

Pues nada chicos, ya estamos de vuelta de las Galias sanos y salvos, pero con la cartera con tiritera. Unos con más dificultades que otros, otros con el cronómetro donde querían pararlo, unos con más dígitos de los que deseaban en la muñeca… pero todos satisfechos porque hemos logrado el objetivo que siempre debe encabezar la lista de prioridades cuando comienza la preparación de un maratón: ACABAR DIGNAMENTE.

¿Y en qué punto comienzo la crónica? ¿Cuándo comencé la preparación o narro exclusivamente la carrera? la carrera, es la culminación de un plan predeterminado, pero el 75% de la carrera son las tardes lluviosas que este año hemos sufrido con la gorra agachada por debajo de las cejas para que no nos azotara el agua, son esos entrenamientos por la “amena” Senda Ecológica, son los madrugones dominicales. Preparar un maratón es un peñazo absoluto, que nadie se lleve a engaño, peeeero el disfrute de la última semana previa a la carrera y las 3/4 horas de la carrera para mi son impagables. Hace poco leí una cita que decia "¿Qué es la felicidad? La felicidad son esas horas que transcurren entre que uno hace la maleta y la deshace". Extrapolado al Maratón, la felicidad son esos días que transcurren desde que uno finaliza las estresantes jornadas de entrenamiento y comienza la semana previa de recuperación hasta que llega a la meta, inclusive las jornadas posteriores en las cuales uno lame sus heridas con gusto. Hay gente con un gen competitivo cuya forma de disfrutar es ir al límite,  cada uno con sus cadaunadas pero eso a mi hoy no me compensa. Evidentemente no os voy a martirizar con una crónica contando todas mis vicisitudes durante la preparación (suspiros en off), voy a comentaros lo sucedido en la carrera y sus aledaños los días previos.

LOS DÍAS PREVIOS:
Llegamos a París a media mañana del jueves y antes de comer ya nos habíamos establecido en el hotel. Decidimos recoger el dorsal ese mismo día por la tarde, el día estaba lluvioso y desapacible, y la tourné turística se nos había torcido con lo cual lo mejor era recoger el dorsal para aprovechar al máximo el resto de días.

La feria del corredor estaba en el Palacio de Congresos de París en la Puerta de Versalles; la feria era inmensa pero típica, vista una vistas todas: muchos stands de marathones, un gran stand  del patrocinador principal de la carrera, Asics… Al entrar daban el visto bueno al reconocimiento médico que nos requerian en el reglamento. Después recogiamos dorsal, y al final la bolsita del corredor color azul de calidad guarripeich que incluía cuatro papelotes, una toallita de bidé conmemorativa (si, de bidé, por su tamaño no puede valer para otra cosa) y una bolsa de pistachos. ¿Y la camiseta? "Señoruá, esta bolsé no tiene camiseté" ¿Dónde está la maldita camiseta para presumir los domingos en la Vega? La camiseta la daban al llegar a la meta (???). J* 90 pavos de inscripción y si te lesionas por el camino no te dan camiseta, un poco… ¿espabilaos? (como poco).

Los planes de maratón recomiendan hacer todo lo contrario a lo que hicimos los días previos a la carrera, pero la vida del turista es así de dura: nos hinchamos a caminar y todos visitamos más o menos los mismos sitios pero en el orden que cada cual quiso ya que al ser un grupo numeroso decidimos ir casi cada uno a nuestro aire: Torre Eiffel, paseo por el Sena en Barco, el Museo del Louvre, la Iglesia del Sagrado Corazón, el Gran Panteón, la Catedral de Notre Dame, el Barrio Latino, la Santa Capilla… lo único que yo al menos intenté no pasar por alto estos días fueron las comidas llenas de hidratos: la pasta se me salía por las orejas.

La tarde del sábado todos los corredores abandonamos a nuestras familias y nos retiramos a nuestros aposentos a sestear,  y preparar los archiperres para la carrera: había que prender el dorsal a la camiseta, meter un billete debajo de la plantilla, alinear todo lo que había que llevar al ropero, dar betún a las zapatillas... las consortes ya sabeis de las tonterías que hacemos.

Por la noche nos citamos para cenar pasta todos juntitos. Fuimos al que fue nuestro restaurante de cabecera en París, durante los 5 días que estuvimos en París, fueras a comer o a cenar siempre encontrabas alguna mesa ocupada por fondistas: El restaurante se llamaba LES JARDINS DU CONTINI, y estaba a 100 metros del hotel; era un coqueto restaurante italiano y lo primero que llamaba la atención al entrar era su dueña: edad indefinida (entre 70 y mil años),   sobredosis de rayos uva, sobredosis de botox, y rubia platino con calidad capilar de una Nancy; cuánto mal ha hecho la cirugía en las vejeces mal llevadas. Volviendo al restaurante, platos de pasta grandísimos y muy bien cocinados, pizzas riquísimas...  Y además unos precios razonables para lo que es París (yo creo que tengo la plusmarca del grupo en el precio de un café: 5 euros por un café “olé” tamaño  dedal, si no es asi el agraviado que levante la mano). Nos atacamos de pasta, tomamos vino rouge du le maison (en francés todo suena muy bien, pero no era otra cosa que vino peleón de la casa), los dulceros tomamos postre (madre mía la Copa Brasil y la Tarta Tatín) y de remate chupitos de limoncelo gentileza de la maisón. No puedo pasar por alto el menú de Jesús: un plato de Penne a la Siciliana y de postre Banana “nosequá”. Debe de ser de los inocentes que aún siguen pensando que de lo que se come se cría…

EL DÍA “DÚ”:
A las 6 de la mañana nos citamos en la puerta del hotel para ir a desayunar a una cafetería-bistrot que conocía Mariano. Elegimos para desayuna la “Formule Frugal” (8 lerelazos): café olé, zumo de naranja, tostada con mermelada, croissant y huevo revuelto (allí le quedaron a la mesonera todos los huevitos, no era el día para experimentar…). Y a las 7 en la puerta del hotel a esperar a los que habían desayunado en sus aposentos y querían tomar únicamente un cafelín. Corrió el rumor de un fondista que había facturado su exprimidor eléctrico para hacerse el zumo de naranja natural en la habitación. Será un burdo rumor como la canción de Javier Krahe...

Nos desplazamos a la salida en metro que iba atestado de corredores. Juan consiguió sentarse pero le empezó a rodear la gente agarrándose a las barras que estaban a su alrededor y fue todo el trayecto agazapadito como un conejo en una jaula de brazos. Al salir al exterior nos esperaba un primer plano imponente del Arco del Triunfo, punto final de la carrera, vaya metáfora. Afortunadamente el día amaneció soleado y la temperatura óptima, no como los días atras nublados y con un frío del carajo. Tras un paseo considerable, nos pusimos el traje de faena y yo me prendí cuidadosamente unas banderitas españolas que me había cosido la noche antes Marisa, la mujer de Juan (muchas gracias Marisa). Y depositamos nuestras bolsas en el guardarropa, que era un puro terragal. Hicimos los inevitables pises de última hora donde pudimos porque los WCs portátiles eran insuficientes (como siempre la verdad); cada cual/cuala evacuaba cómo, donde y lo que quería, formándose balsas/manglares en ciertos sitios que mejor no voy a describir para no revolveros el estómago. Solo díré que allí no volverá a crecer la hierba.

Fuimos a nuestra jaula de salida y nos encontramos con una pelotera de cientos de corredores. La cosa estaba mal planificada al detalle para que hubiera ocurrido una desgracia: una puertita de un metro de ancha con una sola chavala mirando los dorsales uno a uno para que no se colara nadie de otra jaula. Un desastre absoluto, Juan se rezagó en el baño y fue incapaz de llegar; se tuvo que meter en la jaula posterior de las 4h. Esperamos impacientemente hasta que dieron la salida a nuestro grupo, en ese rato tuve que ir de nuevo al servicio y aquí doy un punto positivo a la organización: había unos urinarios dentro de las jaulas de salida para los meones como yo, muy buena idea. La salida la dieron escalonadamente por jaulas (nosotros dorsal color violeta (plumaplumagay), 3h45). Cuando salimos, el crono marcaba ya 30 minutos de carrera. Armando, José Antonio y Jesús de la Nieta salieron de la jaula de 3h30; Marisol, Mariano, un sobrino de éste y servidora, Antonio Medina, en el de 3h45’. Y Juan como os he dicho antes salió con los de 4h, aunque teníamos la sospecha, luego confirmada, de que nos iba a mojar la oreja.

El km 1 nos llevó eufóricos por todos los Campos Eliseos hasta la plaza de la Concordia (ya tuve que hacer ¡en el km 1! la primera de las 3 paradas obligadas que hice para hacer pis, que desastre de próstata). Corríamos con precaución porque estaba el suelo lleno de sacos de basura, sudaderas y camisetas que se iba quitando la gente cuando entraba en calor. Desde la Concordia tomamos la larguísima Rue Rivoli que bordea los Jardines de las Tullerías, el Museo de la Ubre que decía Gila, y la Torre de St Jacques, punto obligado de parada del Camino de Santiago; bordeamos el imponenteAyuntamiento de París, y al poco alcanzamos la Plaza de la Bastilla donde estaban Andrés, el hijo de Marisol y Armando, acompañado de Marisa la mujer de Juan con un pedaso de bandera española amarrada a un palo de escoba… Andábamos ya por el km 6 y todavía íbamos los 4 juntos. En el 5 nos encontramos con el segundo inconveniente de la carrera, (el primero era el mogollón de gente que no permitía correr a un ritmo constante): los avituallamientos eran sólo por un lado, el derecho ¡menuda pelotera!, para coger un botellín de agua había que pararse (literal) . Que peligro,  además eran avituallamientos líquidos y sólidos con  naranja, pasas y plátanos y el suelo estaba lleno de cáscaras y agua.

Pero volvamos a la carrera y a sus aspectos positivos: recorrido atractivo, muchísimo público animando y fuerzas intactas, faltaría mas, acabábamos de salir. Llegado el km 9 nos adentramos en el Bosque de Vincennes y ahí fue donde vimos a “el hombrecito”: Juan "el Grande" nos alcanzó, había salido en el cajón de las 4h y nos pasaba como una centella “yo voy para alante a mi ritmo” (enhorabuena Juan, vaya carrerón). El Bosque de Vincennes es el gran pulmón verde de París muy bonito para pasear peeero ¿cuándo se van a dar cuenta los organizadores de marathones que a los corredores nos gusta, incluso nos vuelve locos entrenar por parques, pero odiamos ¡aborrecemos! hacer kilómetros y kilómetros en las maratones por interminables parques solitarios? En este Bosque de Vincennes entramos en el km 9 y salimos ¡en el 19! 10 kms con cuatro gatos y alguna banda de música. Sobre el 12/14, nuestro grupete se desintegró (creía yo, porque luego me dijo Mariano que iba detrás mía en la Media, madre mía si es que vamos ciegos).

De nuevo entramos en la periferia de la ciudad y completé la media maratón con mi crono marcando 1h58 y pico; comenzamos un tramo que iba hasta el km 26/27 que iba por la ribera adoquinada del río Sena (mecaguenmismuelas con los adoquines) y por largos túneles como el del Alma, famoso porque allí  murió Ladi Di. En uno de estos túneles el corazón se nos encogió cuando presenciamos cómo las asistencias médicas atendían a un corredor desfallecido. Un nudo en la garganta, dejé de correr mentalmente unos minutos y pensé en las cosas importantes de mi vida, en fin... Bordeamos Le Grand Palais, en la otra margen del río dejamos la torre Eiffel… En este punto completé alrededor de 3 kms. con una tal Serena, de Palma de Mallorca; charlamos un rato y la animé a seguir juntos; ella quería bajar de 4h, pero me dijo que no iba a aguantar mucho más el ritmo como así fue.
Y llegué al 30, el temido km. 30 con la sempiterna pregunta del maratoniano¿y a partir de ahora qué? Tatachaaan, ¿susto o muerte? Pués nada, a apechugar con lo que venga. Me comí mi última gominola en el 32 (las anteriores en el 13 y el 23) y entramos en el segundo bosque del día, el Bos du Boulogne que ya no dejamos hasta el km 40 (otros 8 kms en zona solitaria arbolada pffff). En el km 34 mis tripas hicieron como el león de la Metro: “groaaaaor” y me martirizaron durante un par de kms pero la cosa no llego a mayores (aguas mayores me refiero); pero pasé un rato de esos no olvida facilmente. ¡El 36!… 6 kms. Aquí me volvió a ocurrir una paranoia que me persigue en todos los maratones "¿que km he pasado? ¿el 36? no, ha sido el 37, ¿o ha sido el 35?" Se me turba la cabeza y no se en que carajo km estoy, y siempre ocurre el mismo final "definitivamente voy a llegar al 37... coño, la tabla dice 36"  Miré mi crono y me dije, “puedo bajar de las 4h Antonio”. Llegué al 40 y se escuchaba música de gaitas, unos paisanos vestidos de risión francesa promocionando el Maratón du Medoc, región famosa por sus vinos. Ahora, adivine el avezado lector qué líquido había en los vasos del avituallamiento ¡vino! ¡en el km 40! Pffff, ¿bebo vino o no bebo vino? ¿me corto las venas, o me las dejo crecer?

El 41, una cuestita picando para abajo, una rotonda adoquinada (mecagontó) donde estaban unos negros de 2m sacando tarjeta roja a los sin-dorsal y por fin la Avda Foch ¡¡por fin!! y a lo lejos el arco de Meta, y mas lejos el Arco del Triunfo, y el cronómetro marcando… ¿qué marca el crono por dios? Antonio, sin gafas ves menos que un gato de escayola , voy a mirar el mío… Mecagontó ¡¡3h59…!! hay que apretar… Coño, ¿y esta tía de amarillo esprintándome como si fuera algo personal? Buf ¡Por fin la meta! ¡¡3h59’59’’!!
Tropezón, Camiseta, tambaleo, medalla, tropezón, agua, tambaleo y delante mía una multitud de gente andando como Fraga... Y entre la muchedumbre una voz conocida: “¡Antonio!” ¡Coño Juan! Abrazo emocionado. ¿qué tal Juan? 3h47, vaya tela Juan… ¡Marisooool!. Más abrazos ¿Qué tal? 4h05… A por la bolsa y avituallamiento gentileza del catering de Juan. Pedazo de bocata de jamón serrano (ESPAÑOL) en pan de nueces ecológico. Maaadre mía que bueno, pero qué nudo, se nos puso el cuello como un cisne de estirar para pasar los bocados.

Todos contentos, José Antonio contentísimo con su crono, Armando y Jesús tuvieron sus problemillas físicos con la planta del pie y una rodilla respectivamente, pero también felices (las fotos de meta no engañan Armando), y Mariano feliz como una perdiz. Después hicimos la comida post carrera de nuevo en LES JARDINS DU CONTINI, ¿spaguetti?¿penne? ¡¡no por dios!! que hartura de pasta. Y a la noche, cena de despedida del grupo... con el vino de la maison, los limoncelos y los brindis. Y así fue la carrera y así os la he contado.

Mi carrera: Vaya por delante que mi balance es positivo porque acabé, porque corrí en una ciudad monumental incomparable, porque gusta correr con tanta gente,39000 corredores llegados a meta (2º maratón en el ranking mundial histórico de atletas llegados a meta en maratones, únicamente detrás de Nueva York 2011 con 46000), aún con los inconvenientes que eso acarrea: tal volumen de corredores no permitía adelantar fácil y durante toda la carrera la preocupación era cómo adelantar, malgastando fuerzas zigzagueando y con constantes cambios de ritmo, pero repito, a mi me gustó correr con tanta gente. El perfil de la carrera es ideal para hacer marca pero tanta gente dificulta cumplir con tus objetivos. Pero hay cosas que no me gustaron organizativamente hablando y vuelvo a mencionar esos avituallamientos por un solo lado, ya hace 10 años era igual ¿cómo puede ser posible que no rectifiquen ? Jesús me comentó que las asistencias médicas ni las vió, estuvo toda la carrera implorando por vaselina pero no encontró dónde (en Madrid hay unos patinadores rulando con vaselina y réflex). El tema de los baños portatiles en la zona de salida  no lo voy a contar de nuevo. Y el acceso a las jaulas de salida y la salida de la zona de llegada fueron peloteras monumentales, en ambos casos porque sólo habilitaron una puerta, vaya tela. Y por último, la de siempre:  la relación calidad/precio de la inscripción es un disparate con todas las letras, 85 lereles con una bolsa triste: una camiseteja que dicen que es Asics pero de peor calidad que una de camiseta Adihass made in Portugal, una bolsita de pistachos, la toallita del bidé que os mencioné ah y un sobrecillo de bálsamo de tigre para las piernas que da hasta yuyu echárselo no sea que se te caigan los pelos.
Pero no os preocupéis si teneis pensado ir en futuras ediciones, seguro que los organizadores del Marathon du París son seguidores de este blog y solventan los errores para 2014...

Otra maratón más y a lo mejor mi ulti en asfalto…  no lo voy a decir con la boca grande (que la tengo) por si acaso pero ahora mismo para mi donde se ponga un buen cerro que se quite el asfaltado. Mis expectativas y mi preparación creo que me hubieran permitido hacer un tiempo final mejor del que hice y prueba de que no llevé mis piernas al límite es que un par de días después mis piernas están perfectas ¿se anima alguien este domingo a San Pablo?.

Por cierto, en la comida post-carrera debatimos  nuevas propuestas para dentro de un par de años: Estambul, Tesalónica, Atenas, Viena, Florencia, Berlín... Voy a buscar planes de entrenamiento.

Saludos

Armando Botica Artalejo
3h26’28’’
Jesús Sánchez de la Nieta
3h31’17’’
José Antonio Sánchez Danta
3h36’58’’
Juan Lopez García
3h47’13’’
Antonio Medina Isabel
3h59’59’’
María Soledad Manzano Cervantes
4h07’37’’
Mariano Hernández Lancha
4h36’42’’

12 comentarios:

  1. Enhorabuena A TODOS. Las marcas son buenas, teniendo en cuenta que algunos llevavais pues alguna que otra lesión. Y lo más importante.. os atrevisteis a correr.

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  2. Me quedo con lo del BOCATA DE JAMÓN SERRANO al final de la carrera, y Español.

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  3. Enhorabuena.......aunque no esperaba menos de vosotros.....pero digo yo? Algo te era q ver las compañías en los entrenamientos...las libres en los seis miles ......pero quien os quita lo bailado? FELICIDADES!!!

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  4. By Armando,

    Excelente crónica, Antonio. Muchas gracias. Eres un artista de la pluma. Solo me queda apostillar un poco tus palabras que reflejan muy bien nuestro viaje.
    Cuando hace años me propuse correr un maratón, un veterano fondista me dijo que un maratón no son 42 km ¡¡Son 1.000!! A bote pronto puede parecer una barbaridad pero no lo es tanto porque la preparación de la carrera te supone hacer eso: 1000 km o casi. Yo he hecho 794 en las 12 últimas semanas, es decir, desde el 14 de enero hasta el maratón, con lo cual efectivamente la preparación es dura pero es mucho menos si corres acompañado de amigos. De esos 794 km habré corrido solo unos 50 o 60 como mucho. Los demás los he hecho corriendo acompañado siempre de buenísimos compañeros riéndonos y pasándolo bien. Los martes, los jueves, las tiradas de los domingos, la media de Getafe y la media de Guadalupe...
    Agradezco a TODOS los fondistas su compañía, sus ánimos y su amistad pero no puedo dejar de agradecer especialmente a Jorge, Jose Ramirez y Rafa. Ellos me acompañaron en los seis miles a pesar de la lluvia y ese entrenamiento fue decisivo por lo bien que nos salió, lo que nos reímos y la inyección de moral que me supuso. Repito: muchas gracias.
    Siguiendo con el relato de Antonio diré que efectivamente la bolsa que nos dieron es irrisoria (y no fueron 85 sino 95 euros) y la camiseta es de la gama mas baja de Asics, pero bueno, también hay que comprender que tenemos que pagar toda la enorme infraestructura que conlleva ese maratón con esa multitud de gente.
    El hotel estaba muy bien, limpio, agradable y perfectamente comunicado (es un acierto que debemos a Jose Antonio) y su único pero sería la estrechez de algunas habitaciones. Además tuvimos la suerte de encontrar el restaurante que explica Antonio y del que nos hicimos clientes fijos. Cada cual hacia el turismo a su ritmo y por la noche quedábamos en el hall del hotel y nos íbamos tranquilamente a cenar al restaurante de la mamma "Lolo Ferrari" pero sin tanta delantera. La verdad es que se comía bien y barato. Las pizzas que se comieron Andrés y Juan el último día fueron impresionantes.
    Confieso que el del exprimidor eléctrico fue un servidor. Solo diré que en del DIA que había cerca del hotel consumí 6 kilos de naranjas de zumo. Todas las mañanas me hacía mi zumo natural antes de salir de la habitación y el día del maratón me levanté a las 5,30 y me machaqué más de 2 kilos hechas zumo. Así me pasó, que no salí en la foto de Danta en la que ya estamos con los plásticos puestos porque en ese momento estaba desaguando como buenamente podía.
    Como bien dice Antonio, al llegar a la carrera salimos del metro y nos topamos (literalemente) con el Arco del Triunfo. Yo aún no había ido por allí y me impresionó pero más sorpresa me causó ver escrito en él ALMONACID y OCAÑA (no sabía que Napoleón había ganado batallas tan cerca de mi pueblo, seguramente será un farol).
    Los del cajón de las 3,30 no tuvimos problema al entrar, sólo tuvimos que esperar un poco porque la puerta efectivamente era pequeña pero pasamos bien y a tiempo. Incluso avanzamos mucho dentro del cajón porque no había excesivas apreturas.

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    1. Si t piensas q lo de los seis miles fue gratuito......t equivocas.....ya nos lo cobraremos...jajajajajaja

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  5. Salimos muy bien y corrimos muy a gusto. Nos separamos pronto pero con las paradas que tuve que hacer Jesús me adelantó dos veces y otras tantas le pillé, con lo que hicimos varios km juntos. Pasamos juntos todos los túneles y así nos quitamos el yu-yu el uno al otro. Mi último parón por el problema del pie fue saliendo del último túnel por el km 30 y volví a coger a Jesús por el 35 y ya seguimos cada uno a nuestro ritmo.
    Acabamos todos muy contentos, todos muy dignamente y yo disfruté mucho la carrera, la grandiosidad de las calles, los edificios, la gran cantidad de bandas de música, el día de sol brillante (después de todos los anteriores nublados y con frío) y el público animando muchísimo (salvo en los dos bosques, claro). A mí el recorrido me gustó mucho y se me hizo muy ameno y favorable, incluso los dos bosques no se me hicieron muy pesados.
    En todo el viaje no hemos tenido ningún incidente, nos ha dado tiempo a hacer bastante turismo por Paris y lo hemos pasado estupendamente. Lo que hace falta es que tengamos salud y posibilidades de repetir otro maratón internacional el año que viene o al siguiente. Aunque seguramente no será tan impresionante como éste que se ha convertido en el segundo del mundo, detrás de Nueva York.

    P.D.: Voy a intentar poner un video de la carrera. Espero que salga. Yo lo he visto ya por lo menos cinco veces y cada vez que lo veo me emociono y se me pone la piel de gallina.
    http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=FtBjlfCAZds

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    1. Este comentario merece una crónica.
      Me dais envidia.

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    2. Esto que aparece en segundo lugar es evidentemente la continuación de la primera. Cuando ya lo tenía todo escrito me dijo que no aceptaba más de 4600 caracteres. Lo dividí en dos y la segunda se me olvidó firmar.
      Armando

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  6. Felicidades a todos los parisinos por la consecución de sus objetivos personales y por haber finalizado la carrera y poder incluirla en su palmarés personal.
    El cronista, fenómeno, tanto o más que Jorge informando de la Media de Madrid. Cada vez hay más competencia en esto de la escritura.
    ENHORABUENA A TODOS.

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  7. Enhorabuena a todos, lo habéis hecho genial y eso que muchos de vosotros estabais un poco tocados. Se nota que habéis difrutado y estáis muy satisfechos. La verdad es que es un gustazo poder entrenar con todos vosotros. MUCHAS FELICIDADESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS.

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  8. Qué bonita crónica¡¡¡ bueno, y las mini-crónicas en forma de comentarios...Enhorabuena a todos y todas¡¡ Lo único que puedo decir es que dais mucha envidia, pero os lo habéis currado, porque esto no se hace en un día, hay mucha tierra pisada y mucho sudor dejado en los caminos.
    Ya podéis decir que habéis conquistado París¡¡¡

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  9. Cuando los que ya habíamos ido a París en el 2012 os decíamos que era impresionante salir de los Campos Eliseos y muy bonito correr por esas calles, llenas de bandas de música animando a los corredores nos os mentiamos.
    Me alegro de haber recordado esa maratóm a través de esas crónicas escritas y descrita por un un ilustre secretario y tesorero.
    Enhorabuena a todos por conseguir terminar la mejor maratón europea en estos momentos.
    ¡¡¡¡¡Felicidadessssssssssssss!!!!!!!

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