DESDE QUE CORRO EL DOLOR FORMA PARTE DE MI VIDA

By Anónimo Fernández

Hace algún tiempo un experimentado fondista me dijo: “desde que corro, el dolor forma parte de mi vida”. Y en efecto, son muchos los corredores que coleccionan lesiones cono cromos. En realidad, son más de los que lo dicen, y callan por miedo a que les llamen pusilánimes, delicados, flojos, damiselas o cualesquiera otros epítetos con connotaciones más o menos evocadoras de la orientación sexual; o por el temor a que en su casa no le digan que pise un poco el freno. Lo sufren … en silencio. Ejem.

La diferencia con los cromos es que  éstas no se cambian cuando las tienes “repe” (Te cambio una fascia plantar por una metatarsalgia, o un stress tibial por dos síndromes piramidales… si la tengo, no la tengo,  sila, sila, sila, nola…) Es decir, si te repite una lesión te la quedas y punto.   

Creo que el fondista se quedó corto: los dolores no forman parte de mi vida, sino que son mi vida, y a veces los siento más vivos que yo.

 

Y llegados a este punto, no faltará quien te pregunte por qué sigues corriendo si antes no te dolía nada y ahora has cambiado los huevos fritos con chorizo por los guisantes (entendiendo que son congelados, en bolsa y para aplicar en la inflamación correspondiente). No me complico en dar explicaciones; simplemente contesto:

¿quieres saberlo?: ¡Corre!.

 

 

Anónimo Fernández.