domingo, 6 de octubre de 2013

CRONICA DEL MARATON DE ZARAGOZA 29/09/2013 by Antonio Medina

 

presto y dispuesto
 
Me decía Armando que cuando él llegó a la AFT y comenzó a preparar su primer maratón, un socio ilustre le dijo que un maratón no son 42 kms, son 1000 kms. Y es una verdad cristalina. Mi maratón de Zaragoza comenzó el 10 de junio, ha durado 16 semanas, 1111,08 kms repartidos en  80 sesiones con un tiempo total de entrenamiento de 110h 49’ y 12’’.  Y el remate, la última jornada fue el 29 de septiembre de 42,194 kms que  se extendió durante 3h45’20’’. ¿Excesiva preparación para el resultado obtenido? A mi me gusta entrenar, me ha compensado en un 80%. Cuando comencé la preparación mi objetivo era uno y conforme avanzaron las semanas vi que no era posible, y me adapté;  diez dias antes hice el test de los 2x6000 de Rodrigo Gavela (muchas gracias a Armando y Jorge, gracias de coraçao) que me arrojó (a la cara) como resultado que mi marca probable sería 3h43 y mi marca posible 3h35. Por cierto, ahora que hablo de preparación, no puedo pasar por alto agradecer de corazón a mi amiga Carmen su plan, bueno mejor dicho, su planazo de entrenamiento. Muchaaas gracias Carmensita. Vaya tarea que te has buscado con todos los brasas que somos. Ah, Carmen y también te traslado los agradecimientos de Juan. Dice que va a guardar el plan como oro en paño.

Nos desplazamos a Zaragoza el viernes a la tarde; el hotel correcto, tranquilo y lo más importante para mi, comprobado in situ que estaba realmente cerca de la salida situada en el Parque José Antonio Labordeta. Por la tarde-noche pudimos comprobar el por qué de la fama del tapeo de Zaragoza por el barrio de “El Tubo”. Buen tapeo, buenos vinos, cervezas reguleras (no le cojo el punto a la cerveza AMBAR, la única que hay allí) Tapeo entendido como se entiende el tapeo fuera de Toledo: la caña monda y lironda y si quieres tapa…como decía Cañita Brava: ¡moneymoney! ¡moneymoney! A rascar el bolsillo o si no chichoflos y rebanadas de aire. 

El sábado por la mañana fui a recoger el dorsal. La feria del Corredor era  como las moscas: pequeña pero molesta, ¡¡madre mía!!, te recibían con unos altavoces con la música a toda mecha que la gente entraba aturdida con los ojos cerrados como un chino. ¡El 410, me ha tocado el 410! y con el nombre impreso en letras legibles para los espectadores: ANTONIO. Buena idea ésta, uno se entretiene mucho buscando conocidos cuando en carrera la gente grita con tu nombre. Al mediodía hicimos la típica comida de la pasta con Juantri y Elena en el Restaurante Toscana. Menudo hartón nos pegamos de espaguettis y macarrones eh Juan (En la foto haciendo el boloblas baturro). Después un heladito que también da unas cuantas calorías. Paseito y poco más, al hotel porque se cerró a llover y no era cuestión. Cena pasta y a las 23:00 a intentar roncar.
 


Tras dar cuarenta mil vueltas en cama por culpa de una pesadilla recurrente para todo corredor relativa al tránsito intestinal previo al maratón, el domingo amanecí a las 6 de la mañana. La carrera comenzaba tempranito, a las 8:30, así que había que estar en pie desayunando al menos 2h y media antes. Y a esas intempestivas horas tocaba desayuno de campaña sentado en el borde de la cama; no había otra: cola-cao del tiempo, ensaimada del mercamona, zumo, unos bollitos de almendra… y a las 6:30 listo con la equipación ya dorsalizada bajo el glorioso chándal de la no menos gloriosa Asociación de Fondistas Toledanos, y la mochila en la espalda ¿A dónde voy tan temprano coño? Fueeera la mochila, fueeeera la chaqueta y me tumbé en cama con mi flamante dorsal 410 en el pecho y esperé hasta las 7:00 en horizontal mirando a ningún sitio, bueno si, al techo.

A las 7 la recepción del hotel estaba atestada de gente de 60 años vestida de cueros ¿sadomasoquistas? nooo, moteros que iban al G.P.de Aragón que se celebraba en Alcañiz. Vaya tíos raros, a las 7 de la mañana estaban repasando en voz alta "casco, mochila, bocadillos, amotos..." Esas cosas se preparan de noche, pimpines, como hacemos los maratonianos, gente normal "hasta luego jóvenes, me voy a correr 42 kilómetros".
Aún de noche, y empezó el día con suerte: el bar de la esquina está abierto, -Un cortado por favor. -Coltado un eulo. En Zaragoza vimos que gran parte de la hostelería fuera del centro histórico está regentada por chinos mandarinos. Pero lo gracioso es que los locales conservan los nombres de toda la vida: Bar Carlitos, Bar Punto de Encuentro, Cervecería Resacas (si, si: Cervecería Resacas, ver foto), mirabas a las barras y chinos tirando cañas, cuando no haciendo churros madrileños como la del local donde tomé el "coltado"; surrealista. Que claro, en China será normal ver a un chino dándole a la manivela de hacer churros pekineses, pero en España a pesar de la globalización, a mi me choca un poco.
 

Después del café inicié tranquilamente el paseo hacia la salida. Un breve paseo de 20 minutos muy muy agradable por el bulevard de Fernando el Católico: aún noche cerrada, silencio, sólo algunas risas de trasnochadores con 0,60 de alcohol en sangre… y grillos, decenas de grillos cantando en los jardines. ¿Y corredores? alguno… uno delante, otro detrás… y los tres pensando en una cifra, 42. Ya vislumbro el Parque Labordeta, y en la esquina ¿que es ese negocio tan iluminado un domingo? como un extraño guiño a los maratonianos, nos recibe Pompas Fúnebres “El Paraíso”. Llega el tranvía desbordado de corredores, un par de grupos hablando en catalá… ah claro, Zaragoza está muy cerca de Catalonia como les gusta decir a ellos.

 


Cuando estaba preparándome para la carrera en los vestuarios del Pabellón del Parque (untamiento de vaselina, subida de calcetines, apretamiento de zapatillas, coño una arruga, desafloje de zapatillas, bajada de medias, estiramiento de medias ¿valdrán para algo realmente las medias éstas? subida de medias, vuelta a apretar las zapatillas, más vaselina, en fin ya sabéis, mas vaselina, una barrita energética, mas vaselina). Aquel es...:

-¡Juan!. -¿Qué tal?. -Na, que voy al baño. -Yo ya he ido. (También sabéis, conversaciones profundas antes de un maratón) -Vamos a dejar la mochila. -Coooño, camiones de la Unidad Militar de Emergencias.

Si habéis oído bien, mi mochila me la recogió un soldado de la UME y la depositó en un camionaco de la misma. Esto, esto ¿esto es una emergencia nacional? No será pa tanto ¿no? ¿será que esperan mucho viento y lluvia?

“¡Eh, el de Santa Bárbara! -¿Cualo, lo qué? ¿Quién me conoce? Vuelvo la cabeza ¡coño, la hija del “escafandra”? No me preguntéis, no se por qué pero a su padre le llamaban asi, no creo que fuera porque fue astronauta, no me suena ningún astronauta de Santa Bárbara. -Na mi marido que también corre maratones, está por ahí atacao. -Pues nada, deséale suerte”.

Fotos de rigor con Juan, las 25 meaditas del miedo y a los cajones de salida, innecesarios a simple vista ya que el volumen de corredores era muy pequeño. Despedida de Juan el para los de 3h15 y yo en la montonera. Ellos dicen que 1300 pero no parece y las clasificaciones lo confirmaron, 800 llegados a meta ¿Por qué ese afán de todas las carreras por engordar las cifras? Misterios sin resolver.
 

 

Por allí estaban las liebres de carrera, las presentó el speaker ¿ah, que no os he comentado lo de las liebres? Jope, lo más original que he visto en mucho tiempo en una maratón: los prácticos de carrera eran chavalas, desde las 3h a 4:30 cada cuarto de hora había una chavala y un ciclista con un globo. Por cierto los de 3h y 3h15 dos súper-ilustres maratonianas: Luisa Larraga y María José Pueyo, internacionales con España, la primera 31 veces y la 2ª olímpica en Pekín, marcas personales que rondan las 2h30’. Desde luego Luisa Larraga, menos mal que el globo se lo llevaba el de la bici porque si se cuelga el globo del tirante…. se la lleva el viento, mi madre, no creo que pasara de 40 kilos, vaya tirillas. Leí que el práctico de las 3h de la edición 2012 fue ¡Martín Fiz! Vaya calidad eh.

Pistoletazo de salida, y a correr. Me situé por delante del globo de 3h45, prudencia. El plan era ritmos de 5’10-5’15… hasta la media maratón y a partir de ahí, los kms. dictarían el guión. Los primeros 15 kms. transitaban dentro del Parque y en sus aledaños, con un par de leves cuestas que tan pronto no se aprecian como tales, las fuerzas están intactas. El asfalto muy descarnado, pero entretiene ir evitando agujeros y grietas (ahora, en el 40 no creo). Anduvimos entretenidos el grupo con un veterano marchador del C.A. Canguro (que ya conocía de haberle visto hace un par de años en el Maratón de Madrid cuando acompañé al “hombrecito” en su debut en maratón). Era graciosísimo, iba 10 metros por delante, y cuando notaba el aliento del grupo achuchaba pa’lante con unos cambios de ritmo tremendos y en las cuestas abajo como los puños de Mazinger Z “a toda velocidad”, la gente cuchicheaba “va corriendo ¿no os parece? eso no es marchar, eso es correr, le tenemos que sacar un aviso aunque no seamos jueces ¡¡eh tú, que vas corriendo!! que eso es penalti”. Salimos del parque y empezó la excursión por la ciudad; yo me marché por delante del globo de 3h45 pero no demasiado porque escuchaba detras mía como animaban a la globera, o a los avitualladores bajo unos atronadores “hiphiphurra”.  Pasé la media maratón como quería 1h50’. Hasta el km 24  nos guiaron por largas avenidas, incluso hubo un par de kms sobre el 17 cuesta abajo. Todo iba sobre lo previsto, ah y el día soleado, el viento no aparecía (dedos cruzados) y en esas llegamos a la zona histórica km 24. Adoquines, curveo, a doblar esquinas, algún escalón… un par de kms malos que se rompió el ritmo y tras atravesar la Plaza del Pilar llegamos al 27, ascendiendo una ligera rampa por el puente de piedra para cruzar al otro lado del Ebro.

El recorrido comenzó a ser más pestoso porque ya las fuerzas no estaban tan intactas, apareció un poco el cierzo que hacía temer lo peor y porque las largas avenidas ideales para ir a tren ya no eran tan largas. Había callejeos de ida y vuelta con cambios de dirección y curvas de 90º. Mis ritmos comenzaron a decaer y me iba por encima de los 5’20’’ y no se podía forzar, andaba por el 30 y aún quedaban 12, un mundo si pinchabas. Llegado este punto mis cuentas siempre son las mismas: “Antonio, 5 mas y está hecho, sólo quedaran 7… una mierdecilla”. Siempre hago esa cuenta y me resulta efectiva mentalmente. Llegué al 35… y noté el aliento del globo de 3h45 en mi cogote, me había alcanzando; me enganché y aguanté 3 kms con ellos. En el 37 estaban mi luna y mis dos soles animándome ¡¡venga papa!! ¡¡antoñito ¿Qué tal vas?!! Bieeen, aquí corriendo jajajaja. Subidón inevitable…. esto está hecho, 5 kms na mas porque a pesar de haber decaído no me encuentro especialmente mal. Otro puente de vuelta de nuevo al centro histórico y tránsito por una senda bordeando el río para tomar una pasarela peatonal, cruzar de nuevo el río y aterrizar en el 39 (foto de Juan), ya bastante justo de fuerzas pero también con la certeza absoluta de que había otro en la buchaca. Y desde aquí avenida de las Ranillas y el eco de la meta atronando en algún lado en una hondonada en la parte izquierda en el sentido de la carrera. Nos metieron en el recinto de la Expo y en el 42 nos hicieron rodear absurdamente un edificio, madre mía lo que tienen que hacer las organizaciones para cuadrar las distancias… literal: 100 metros, rodeo a un edificio exento de 10x10 y vuelta los 100 metros. Intenté apretar un poco, pero me tuve que retener porque ¿porque me sobraban las fuerzas? ¡nooo! ay ay, un retortijón, ahora no por dios, cuando menos fuerzas tengo ¡un retortijón!. Pero bueno, bajé el ritmo y el centrifugado cesó.

 
Por fin recta de meta y fin del trayecto, gracias por su visita, su tabaco gracias, hasta la vista baby. Medallita al cuello que me colgó un chaval disminuido al que me abrace agradecido. El me sonrió feliz y me preguntó que si me había gustado Zaragoza, le respondí que si, que vivía en una ciudad muy bonita. Muy emocionante.

 

Típico deambular sinsentido hasta que Margot me alzó el brazo y nos reencontramos. Besos y abrazos, no habían logrado llegar a tiempo a la llegada. Vaya, otra vez será. Y el final como siempre, pfff que mareo, caminando como Fraga al guardarropa, me senté en la grada a intentar comer algo, que había sido mi bálsamo para el mareo en los últimos maratones pero no hubo manera… como los niños chicos, se me hizo una bola en la boca del tamaño de un huevo de gallina. Otra vez a pasear como Fraga hasta el coche, exhausto me senté en un escalón a esperar a mi taxista particular y en esas aparecieron ¡Juantri y Elena! Juan feliz, era su primera carrera tras el accidente alpino del año pasado. Ducha reparadora, pizza a salto de mata y vuelta para Toledo.

El maratón de Zaragoza es un buen maratón, plano y propicio para buenas marcas; con participación pequeña que también favorece esas marcas, 800 llegados a meta. Organizada impecablemente, bien todo, muy bien, reseñable los voluntarios en los avituallamientos animando como si fuera lo último que iban a hacer en su vida., fantástico. Y la ciudad ¿Qué? fantástico también, muuchos zaragozanos se bajan a la calle a animar, “aupa, aupa Antonio”.  Recomendable 100%, el único pero del recorrido es que hay zonas de excesivo callejeo y curveo. Este año el viento apareció de soslayo, no como en la edición del 2012 en el cual el Cierzo causó estragos entre los corredores. Y la bolsa del corredor, correcta, una camiseta Under Armour, una botella de vino reserva de la semana anterior conmemorativa de la Carrera, una braga (para el cuello) amarilla con el logo de filtros mann que huele a petróleo que mata, un bollito, y papelería diversa. A la llegada, otra bolsa con powerade azul, naranja, agüita y un paquete de rosquillas de coco. A Juan no le tocaron rosquillas y consultado al repartidor de bolsas le dijo que “no todas las bolsas tienen rosquillas” (¿?¿?¿?).

 

En fin, pues “una mas”, como os dije, en un 80% satisfecho pero ¿y el 20% que falta? un regusto amargo, es la expresión “una mas” en su sentido literal, esperaba algo más. Han sido muchos días entrenando bajo el sol abrasador de julio y finales de agosto, sin saltarme un solo entrenamiento. Pero bueno, voy a decirlo con alegría ¡una mas!

 

Ahora bien, esto del maratón es un historia de amor, no lo neguéis; y en el desamor se dice “un clavo saca otro clavo” y como no puede ser de otro modo, acabas uno y ya estás pensando en el siguiente. También dicen “por la boca muere el pez” y yo con este quería cerrar un círculo imaginario de maratones de asfalto y pasar a correr por montaña, un nuevo aliciente, un nuevo reto. Pero rematando con otro refrán, Juanito me contaba un domingo que cuando el era pequeño y le pedía a su madre el lunes “Mamá, ¿el sábado vamos a ir a la Vega? Si hijo si” y Juanito se lo volvía a preguntar todos los días de la semana y su mamá siempre le decía lo mismo “Por supuesto Juanito, el sábado”. Y llegaba el sábado y no iban a la Vega “¿Pero por qué mamá?, si todos los días de la semana me has dicho que si íbamos a ir”. Y Juan protestaba y rabiaba y pedía explicaciones y su mamá le decía un contundente. “Porque no, y como no soy río, me vuelvo”. Pues eso ¿”a lo hecho pecho” o “como no soy río me vuelvo”?

                                                                                                                 

 

6 comentarios:

  1. FELICIDADES, UNO MAS!!!!........como ya sabes un maratón no es moco de pavo (como se suele decir), así que nada de lamentos, 100% x 100% satisfacción, y para la próxima, tenemos mejores liebres en la AFT, por ejemplo un servidor...jejejejejej o el Tesorero, o tantos otros .......eso si deja la montaña pa' mas adelante.....!!!!
    Lo dicho ENHORAGÜENA!!!

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  2. He disfrutado mucho leyendo esta crónica, siempre que escribes
    nos describes esas sensaciones tuyas, que parece que hayamos corrido nosotros mismos, claro que sin cansarnos tanto como tu.
    ¡¡FELICIDADES CAMPEÓN!!

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  3. Enhorabuena¡¡ pues eso, que otro maratón para la saca (y yo sin ninguno, jaja).
    Muy buena crónica, sí señor, hasta me he cansado pensando en esos 42 sufridos kilómetros de nada, jaja...bueno, en realidad lo que me da es envidia cochina¡¡
    Felicidades¡¡¡

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  4. Gracias por tu crónica. Se me han puesto los dientes largos. A ver si nos vemos pronto.
    Saludos.

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  5. Gracias Jorge, Lola, a sus pies Sra Presidenta...
    Angel mucho ánimo; no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista... cagondiola. Lo dicho, ánimo.
    Me reitero en mi petición de hace unos días: ¿algunas piernas de recambio por ahí?
    ¡Que vivan los 42!

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  6. Crónica excelente, como siempre. ¡Que verbo... y que guasa tienes!!!!
    Armando

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